Las focas han sido cazadas a lo largo de la historia, debido al gran valor de su grasa y pelaje. Si bien la gran mayoría de las especies no se encuentran en peligro de extinción —la foca peletera de Galápagos es una de las excepciones—, siguen siendo mamíferos altamente protegidos en la mayor parte del mundo. Durante el último siglo, varias especies se han extinguido, entre ellas la foca monje del Caribe y el león marino japonés.
(Chimu, 2025)